La importancia del comercio electrónico crece a nivel global. En España, más del 70% de los internautas compra online, según datos delEstudio Anual de eCommerce 2018 de IAB Spain. En total, casi 20 millones de personas confían en la seguridad y la efectividad de las plataformas eCommerce para realizar sus compras.
Como resultado, cada vez más empresarios se animan a abrir su negocio al mundo digital y apuestan por la venta online. En los últimos años el cloud computing se ha convertido en un aliado natural del comercio electrónico por sus numerosas ventajas, que van desde la escalabilidad a la optimización de costes.
eCommerce y plataformas cloud
La utilización de la nube para alojar una plataforma eCommerce abre un amplio abanico de posibilidades al alcance tanto de grandes como de pequeñas empresas. Se trata de una tecnología capaz de aportar gran cantidad de beneficios a la industria, ya sea a nivel B2B (business to business) o B2C (business to consumer). Normalmente, basada en el modelo de negocio as a service.
Ahorro de costes. Contar con una infraestructura accesible de forma remota permite recortar costes en soporte, infraestructura y hardware. Esto se traduce en una primera inversión mucho más reducida, accesible tanto para empresas de eCommerce pequeñas o incipientes como para grandes marcas.
Trabajar con una plataforma cloud para eCommerce ayuda también a reducir gastos de mantenimiento. Esto da a los comerciantes la oportunidad de destinar menos esfuerzos humanos y económicos a la tecnología y centrarlos en aspectos que impulsen el propio negocio, como el marketing o el SEO.
Escalabilidad. La tecnología cloud permite adaptar los recursos a las necesidades de cada momento. Las plataformas en la nube permiten que la capacidad del sitio web aumente o disminuya en función de la demanda, ofreciendo mayor velocidad y menos tiempo de respuesta. En otras palabras, una mejor experiencia de usuario.
Esto es fundamental en una tienda online, en donde la demanda puede ser muy estacional y suelen darse altos picos de actividad. Justo antes de Navidad, en las rebajas o durante el Black Friday son algunos ejemplos. Los recursos adicionales que se usan en momentos de más actividad no se mantienen activos cuando la demanda vuelve a bajar, por lo que no se desperdician recursos ni se generan gastos innecesarios.
Mayor seguridad. Almacenar los datos en una infraestructura virtual posibilita que la web esté siempre operativa y contribuye a reducir los riesgos derivados de averías, robos o ciberataques. Algo fundamental para los comercios electrónicos, para los que la pérdida o el robo de datos de los clientes puede generar numerosos problemas legales y organizativos. Una caída del sistema, por otro lado, puede provocar una mala imagen y una reducción del número de ventas.
Facilidad de gestión. Los sistemas cloud se controlan de forma intuitiva y con herramientas fáciles de manejar. Esto, unido al servicio de asistencia e información del proveedor de servicios cloud, como Azure o AWS, o el comercializador, los convierte en una opción muy apropiada en la que desplegar un negocio online.
El ahorro, la escalabilidad, la seguridad y la facilidad de gestión convierten a las plataformas cloud en una apuesta más eficiente que las aplicaciones in-house, los servidores o el software propio. Permiten a emprendedores y empresarios ya consolidados ofrecer sus catálogos de productos a través de plataformas de comercio electrónico sin tener que dedicar demasiado tiempo ni recursos a sus herramientas digitales.
Imágenes |Unsplash/Igor Miske