Cada vez más empresas y particulares conocen la importancia de guardar copias de seguridad de forma automática y con regularidad. La mayoría, conscientes de que la pérdida de sus ficheros puede suponer un contratiempo económico. Sin embargo, los problemas derivados de la pérdida de datos y programas no acaban ahí, y pueden llegar a determinar hasta la reputación de la empresa y su viabilidad en el futuro.
¿Qué es un backup?
Un backup es una copia de seguridad que se realiza en otro dispositivo distinto al original, con el objetivo de poder recuperar la información en cualquier momento. Los servicios de backup realizan copias de seguridad de forma automática y regular, para garantizar que la información está actualizada.
Ciberataques, virus o problemas de hardware pueden poner en riesgo los documentos. En ocasiones, provocan incluso la pérdida total de los mismos en cuestión de segundos y ponen de manifiesto los riesgos de guardarlos en un solo lugar.
Gracias a la mejora de la conectividad y la tecnología, cada vez más empresas optan por hacer sus copias de respaldo en la nube, en lugar de en otros equipos, discos duros o servidores físicos. Entre sus ventajas está, precisamente, el incremento de la seguridad, ya que la información no se encuentra en un dispositivo físico que puede resultar dañado.
El problema de perder datos para los negocios
La digitalización ha propiciado que la mayoría de las empresas tenga gran parte de su documentación e información en formatos electrónicos. Una situación que permite agilizar numerosos trámites, facilitar la colaboración entre trabajadores y reducir numerosos gastos. Pero que tiene, también, desafíos, como los relacionados con la privacidad de los datos o la pérdida de documentos. Estos últimos pueden suponer un pequeño contratiempo o un verdadero problema para la empresa a nivel organizativo, de imagen, legal y económico.
Problemas de organización: perder datos implica, de una manera u otra, perder tiempo y recursos, ya sea para recuperar la información o para generarla de nuevo. En el caso de no lograr la recuperación de datos, se pierde el valor del trabajo realizado por la empresa durante días, semanas o años.
Impacto en la reputación: la pérdida de datos afecta a la credibilidad de la empresa desde el punto de vista de clientes, socios, proveedores y otros agentes implicados. Lleva, en el peor de los casos, a la pérdida de clientes.
Consecuencias legales: perder datos de la propia empresa, trabajadores y terceras personas puede acarrear problemas relacionados con la ley y provocar multas y sanciones. Algo que se ha complicado tras la aprobación de la Ley de Protección de Datos a nivel europeo.
Repercusión económica: todo lo anterior lleva al mismo punto, la pérdida económica. Ya sea a raíz de sanciones, la pérdida de clientes o la limitación de recursos, la empresa se ve afectada negativamente en caso de perder parte o la totalidad de sus datos.
Estas consecuencias pueden poner en jaque la viabilidad del trabajo de empresas y particulares a corto o largo plazo. Motivo por el que es importante no solo hacer una copia de los datos, sino también hacerlas lo más lo más frecuentemente posible. Esto facilita que la información se guarde de forma actualizada y pueda recuperarse en su totalidad en caso de que se dé algún problema, ya sea de software o de hardware.
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